La profesión del traductor es una de las profesiones que más afectada se ve por la globalización y los constantes avances informáticos. Los traductores son profesionales polivalentes y curiosos por naturaleza, que aprenden día a día cosas nuevas, ya que el aprendizaje constante es fundamental en un mercado laboral tan competitivo como es el de la traducción e interpretación.
El continuo desarrollo de las nuevas tecnologías ha favorecido la aparición de nuevos perfiles y especializaciones en el ámbito de la traducción. La traducción está en contacto continuo con otras profesiones y ámbitos de la vida. De la unión de la traducción y la informática surgió la especialidad de la localización, que se encarga, entre otras cosas, de la adaptación de productos informáticos como pueden ser los softwares, las aplicaciones o los sitios web a distintas culturas y países.
La localización de los productos tiene muchísimo impacto en el marketing y el éxito de un producto. Contribuye a que llegue a nuevos mercados, de manera que muchas personas de diferentes culturas pueden disfrutar de videojuegos, sitios web, programas informáticos o aplicaciones móviles. En el proceso de localización de este tipo de productos, es fundamental la fase de testeo o testing.
El objetivo del testeo o testing es garantizar el perfecto funcionamiento del producto y asegurarse de que el producto es adecuado para los usuarios de los distintos países.
Debido a que se trata de un proceso eminentemente informático, los que lo llevan a cabo deben ser expertos y tener unos conocimientos mínimos de informática, para garantizar que esta fase se desarrolla de forma exitosa. Es justo así como ha surgido un nuevo perfil de traductor que engloba ambas competencias, la competencia traductora y el testeo de productos informáticos.
A menudo, los traductores y localizadores que se encargan de localizar este tipo de productos lo hacen fuera del entorno informático. En la fase de testeo o testing lo que se hace es que, una vez se ha traducido y localizado el contenido del producto, este se prueba para observar cuál es su apariencia y su funcionalidad final, y de esta manera se detectan posibles errores para poder así rectificarlos.
El testeo nos permite ver el producto tal y como lo verán los usuarios, por este motivo es crucial probar el producto en su contexto y en la interfaz real en la que se va a ejecutar, para así asegurar que el producto final es de calidad.